28 de diciembre de 2008

APELATIVOS ÑOÑOS

Yo tuve una novia. Sí, sí, lo sé: es increíble… pero no por ello deja de ser cierto (increíble que un chico como yo: guapo, alto, inteligente yyyyyyy MODESTO, acepte estar con una sola mujer, pero... son cosas que pasan. Aunque, afortunadamente, pertenece al pasado –juajuajua… que no, que es broma…-).
Bueno, vayamos al tema. Esta chiquilla debía de tener un motor de combustión interna en vez de estómago, porque era inaudito el calor que desprendía. Yo creo que, si la temperatura normal de una persona ronda los 36,5 grados centígrados, la de ella debía de ser unos 38 en condiciones normales. Fue por eso que, acordándome de la película “Confidencias a medianoche” (Pillow Talk) de Rock Hudson y Doris Day, le puse el mote cariñoso de “mí estufita barriguda” (aunque si queréis ver como es posible cabrear a una mujer rápidamente no hay como usarla a ella y la palabra “barriguda” en una misma frase). Fue uno de los mayores errores de mi vida (no el de enamorarme de ella, que también, sino buscar un apelativo tan rebuscado). Si tu llamas a tu chica “cariñín” o “corazoncito” el día de vuestro aniversario le puedes regalar unas flores o una caja de bombones que quedarás genial, pero no hay nada que pegue con el que yo le puse… excepto, claro está, el encontrar un radiador pequeñito y similar como recuerdo, y lo encontré, "removí Roma con Santiago”, pero lo encontré.
Creo que ella no recordaba esa escena del film y tampoco (¡gracias a dios!) conoce este blog. Pero para que veáis lo certera que era mi memoria la he recortado de la película. Rock Hudson tiene engañada a Doris Day haciéndose pasar por un tejano cursi para enamorarla, porque él es en realidad un donjuán con el que ella comparte su línea telefónica y al que odia pues la tiene todo el día ocupada ligando con sus conquistas.

Un saludo. Espero que hayáis pasado un buen día de Navidad y que tengáis un buen año 2009 (que buena falta nos hace).



P.D.: lo tendré colgado unos días y después retiraré el video, no vaya a ser que los mojigatos estos de google me bloqueen también el blog.

23 de diciembre de 2008

¡PERVERTIDO!

Comentaba en este mismo blog, ya hace algunos meses, sobre el control que ejercen sobre nuestras comunicaciones en Internet diversas organizaciones, gobiernos y corporaciones económicas, y un lector aprovechaba para recordarme el “espionaje” silencioso que soportamos con el acoso casi absoluto de las cámaras de vigilancia que se están imponiendo en las ciudades.
En Londres consiguieron evitar un atentado masivo el año pasado precisamente gracias a las imágenes sospechosas que captaron en unas cuantas cerca del centro.
Una vez oí una máxima que me dejó perplejo: “las cerraduras sólo sirven para dejar fuera a la gente honesta”. Me pregunto quien tiene más que temer de las cámaras y si el uso, y abuso, de las mismas no me será útil alguna vez para proteger mi vida.
Está claro que el problema no son las imágenes, sino quién las vea y la utilización que haga de las mismas. Del mismo modo que, por ejemplo, no es malo grabarte teniendo relaciones sexuales con tu pareja… lo malo es que después las cuelgues en la red o se las muestres a todo el mundo a modo de venganza (o de estupidez, que también puede ser).
Así que el problema puede ser la corrupción de un cuerpo de policía (como bien saben los habitantes de Río de Janeiro, Chicago o Coslada (España), sin ir más lejos) y no de que alguien ponga una cámara enfocando la vía publica.
De todos modos me resulta cuando menos incómodo el sentir esa mirada punzante clavándoseme en la nuca todo el día, esa sensación extraña de un aliento curioso respirándote en la oreja, la impresión de ir semidesnudo por la calle.
Y no digo nada de las chicas que hacen top-less en la playa. Cada teléfono móvil que vean es en potencia una cámara con un pervertido manejándola con las aviesas intenciones de exponer su desnudez.
Este verano me dediqué a dar largos paseos por el barrio del Albaicín con mi cámara de video en la mano para ir captando las fachadas maravillosas, para grabar como se filtraba el sol a través de las flores que colgaban de los patios que daban a la calle, para guardar el recuerdo de cómo la luz doblaba las esquinas en todos los callejones… Siempre recordaré cómo el policía que vigilaba el juzgado de Plaza Nueva (un edificio precioso del siglo XVI), se ocultaba tras el portón de la entrada cada vez que enfocaba en su dirección. En un país con terroristas no es bueno que la imagen de un policía pueda circular libremente por la red… por supuesto borré todas esas tomas.

11 de diciembre de 2008

QUIERO SER COLIN FIRTH

¿Habéis oído hablar de la película “Quiero ser como Beckham” protagonizada por Keira Knightley? Es la única que soporto de esa actriz, será porque todavía era joven. Después creció, a la misma velocidad que su mentón, y devino insufrible. Cada vez que la veo sonreír en la película “Love actually” me dan arcadas. Y eso me devuelve al punto de partida de este post.
¿Recordáis “Quiero ser como Beckham”? Pues yo quiero ser como Colin Firth.
Hagamos memoria: Enamoró a Bridget Jones en una de las interpretaciones para mí más entrañables de la preciosa Renée Zellweger, recompuso su roto corazón gracias al beso de la lindísima cantante Lucia Moniz en “Love actually” (yo solo conseguí un “piquito” de compasión de una amiga lesbiana cuando me destrozaron el mío) y hasta canta en la versión cinematográfica del musical “Mamma Mia!”. Es actor, sé que despierta la admiración de las chicas por los ojitos que le ponen cada vez que sale en pantalla, está casado con Livia Giuggioli, que aparte de tener un apellido impronunciable no le veo más defectos y, está claro, tiene muchísimo más dinero que yo.
Así que lo tengo decidido: Quiero ser como Colin Firth. ¿Hay algún cirujano plástico entre el público?

(Post surgido tras ver como besaba a Kelly Preston en la película “Un sueño para ella”).

4 de diciembre de 2008

"BASADO EN HECHOS REALES" 95


¿Cómo era la frase esa? ¡Ah, sí!:

"...nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía".

(Simón Bolívar)

1 de diciembre de 2008

No hagas una pregunta sin saber si soportaras la respuesta.

Cada paso que damos en la vida nos propone una cuestión:
“¿Debo de seguir dibujando?
¿Debo de seguir con mi trabajo?
¿Debo de seguir soportando que mi pareja me insulte?
¿Debo de soportar la corrupción que me rodea?
¿Debo de comprarme esa cosa?
¿Debo de seguir con este blog?”

Cuando uno se plantea una pregunta es porque a menudo conoce la respuesta pero no se atreve a formulársela en voz alta a sí mismo.
Lo que realmente me gustaría en esta vida… realmente… bueno, eso no puedo decíroslo. No me importa que lo sepáis, pero para eso tendría que pronunciarlo de viva voz y eso, y eso, eso sí que me da miedo.
Pero que no lo diga no significa que no sepa la respuesta…