29 de enero de 2011

POR PRIMERA VEZ TENGO MIEDO

Por primera vez en mi vida tengo miedo ante el futuro incierto que se abre ante mí.
Había oído hablar de la crisis de 1929 y me parecían viejos ecos del pasado, como las películas mudas. Cuando estuve en Nueva York y me explicaron que el “Empire State” se empezó a construir en esos años mi único pensamiento fue que seguramente el terreno les costó así más barato... ni un destello en recuerdo de los pobres trabajadores que lo perdieron todo (incluso la vida) en aquellos momentos. Y es normal, no podemos estar arrepintiéndonos siempre de los hechos del pasado: yo no me siento responsable de si España expolió o no las riquezas americanas, igual que no creo que los franceses se sientan responsables de los estragos que hizo el hermano de Napoleón, en tiempos más recientes, en nuestras tierras.
Pero están ahí, seguramente para que aprendamos de ellos.
No puedo quejarme de que respiren aires de libertad en Túnez o Egipto. Las dictaduras siempre son dictaduras y ningún ápice de comprensión puede salir de nuestros corazones ante ellas. Pero ambas se formaron en esos países para detener el avance del islamismo radical... cuando esa presa se rompa vamos a tener a unos fanáticos religiosos pegando golpes en la puerta de atrás (con la puerta de atrás me refiero a España, hace años que estos individuos cruzaron el Estrecho) reclamando las tierras de sus ancestros. Y, no sé vosotros, pero a mí me da mucha pereza tener que ponerme a estudiar árabe en estos tiempos, ya tengo bastantes problemas con el inglés y el francés.
Hay una generación entera de jóvenes que no habrán visto, ni probado, un trabajo en todas sus vidas. Esos son los chicos de las borracheras nocturnas, de las papeleras quemadas, del “rollete” porque si y de la droga ¿por qué no?, del apaleamiento en grupo al extranjero que les “quita el trabajo” y de las bromas que acaban en tragedia.
Y hay una casta política que ya no se convence ni a ellos. En las que el insulto, la mentira y el robo se han convertido en el modo en vez de ser la excepción.
Pero sobre todo estamos nosotros. Somos la pos-posguerra civil, la transición intransitida, los hijos de las Dos Españas, las criaturas del milagro económico y de la burbuja inmobiliaria, los acomodados pasotas de la democracia, los mírame y no me toques de la protesta... somos a los que nos están violando nuestras vidas a cada segundo y sólo nos preocupa si se habrán puesto el preservativo antes de metérnosla.

4 Comments:

At 5:40 p. m., Blogger Maya said...

No creo que forzosamente una dictadura detenga el islamismo radical. Ni creo que vengan a por nosotros, a reconvertirnos al islam ni a enseñarnos el árabe. Eso son los mensajes que subliminalmente nos meten en la sesera, que sólo con un gobierno duro será capaz un país de detener el avance del enemigo. Y se han encargado muy bien de decirnos quién es el enemigo.
Nos manipulan, nos tienen calados, saben cómo comprar nuestro silencio y convertirlo en indiferencia.
Es increíble todo lo que está pasando. Yo tengo las entrañas removidas cuando veo día tras día y noticia tras noticia lo que nos están haciendo. Flipo cuando dicen que el 50% de los ciudadanos de Italia dicen que votarían a Berlusconi.
No necesitan esconderse porque a nosotros no nos importa.
O sea, se puede caer un macetero desde un balcón y sólo rebotará en nuestras cabezas mientras seguimos caminando como zombies.
Yo tengo claro que más tarde o más temprano, hay que largarse.

 
At 5:57 p. m., Anonymous conuncantoenlosdientes said...

¿Largarse? ...¿adónde? ...¿por qué? ...¿cuándo? ...¿para qué?

 
At 6:49 p. m., Blogger LA CAÑA DE ESPAÑA said...

Siempre que pienso lo diferente que es la situación económica en otros lugares, como Cataluña, por ejemplo, en comparación con Granada, o de otros países como Alemania, llego a la conclusión de que el que se queja es porque quiere y no se ha planteado ni emigrar. Enseguida me desdigo de esta idea: a nadie se le puede obligar a abandonar su tierra y su gente con la amenaza del hambre o la pobreza, eso es tan criminal como que la gente huya para que su gobierno no los aniquile.
Y si yo, que vivo en una ciudad con gran actividad sísmica, no me largo a zonas más estables no puedo culpar a los que se quedan a pesar de la sofocante situación financiera.
De todos modos irse por, más o menos, voluntad propia sí que me parece una estupenda opción: remueve la conciencia, abre las miras y oxigena las ideas.
En cuanto al radicalismo... tengo amigas islamistas y no sólo me llevo fenomenal con ellas sino que me gusta su forma de pensar, pero, y esto es fundamental, hasta ellas mismas me avisan de como se están radicalizando los discursos en las mezquitas. Y, cada vez que detienen a 5 ó 6 presuntos terroristas en Madrid y Barcelona, en Granada desarticulan a una docena de los suyos, como ya dije hace unos meses.
No dudo en ningún momento de que nuestros gobiernos nos muestran lo que quieren, pero más me preocupa lo que los suyos les estarán diciendo a ellos...
Es todo: la economía, la generación perdida, la acomodación de las ideas... el radicalismo religioso es solo una de las muchas preocupaciones, pero está ahí.

 
At 8:49 p. m., Blogger Maya said...

El lugar donde largarse ya estoy barajando varias opciones.. el porqué está claro, el cuándo está cerca y para qué es evidente.
Esto es una merienda de negros.
Caña, no te molestes en hacer cálculos entre Cataluña, Levante o Andalucía, salvo algunas diferencias, estamos atrapados en la misma mierda capitalista.

 

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