La caña de España

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Hace algo más de un año que terminó el juicio de los acusados en el asesinato y desaparición de Marta del Castillo. Hasta el último minuto se insistió en que aquellos jóvenes criminales habían sido “tan inteligentes” como para marear a la policía que investigaba el caso una y otra vez. Mi conclusión personal fue entonces la misma que aun conservo: la policía que investigó el caso fueron una panda de estúpidos que se dejaron dominar por tres críos malcriados.

De igual manera, hasta hace unos meses, en los programas de noticias se insistía con vehemencia que la corrupción entre la clase política era la excepción y no la regla. Mi opinión (y esta no es personal sino bastante generalizada) tampoco ha cambiado con el paso de los días: los políticos de este país (entre los que incluyo los concejales de urbanismo de todos los ayuntamientos) funcionan a golpe de talonario.

Mi silencioso apoyo a Nevenka Fernández y a todas las mujeres que han sufrido y sufren violencia y acoso sexual. Mi total desprecio a los C. que la ejercen.