FOTOS CON PERSONALIDAD

Mi primera cámara es una Agfa de tiempos decimonónicos. Una vieja amiga se la encontró y me la regaló cuando yo tendría unos 13 ó 14 años. Nunca he hecho fotos con ella. Y eso que tiene muchas posibilidades de encuadre, velocidades, aperturas de objetivo… y cosas de esas.

Mi primera cámara real fue una JVC digital. Me la regaló mi hermano hace tres navidades. No tiene enfoque, ni flash, ni pantallita detrás para encuadrar. Por no tener no tiene ni tamaño. Era magnifica. Digo “era” porque terminó de fenecer en mi estancia por tierras extrañas este invierno. Es lo malo de las memorias internas: se estropean y adulteran de tanto usarlas.Foto-borrado-foto-vuelta a borrar acaba por contaminar las sendas magnéticas y al no poder remplazarla termina convirtiendo la cámara en un objeto decorativo.

Pero en dos años hice más fotos que en todo el resto de mi vida. El atracón fue en el verano siguiente. Mi ordenador de entonces no tenía puerto USB para conectarla. No podía ver las fotos así que no las hacía. Para la época estival mi hermana me regalo un viejo portátil suyo pero más moderno que lo que yo tenía. Y entonces empezó el disfrute. Salía a pasear por el Albaicín y fotografiaba todo lo que veía a través de la pequeña ventanita. Me acostumbré a ver los paisajes, casas, calles y personas a través de un cuadrado, buscando la posición, el efecto, la luz y la sorpresa.

Y ahí fue donde descubrí las posibilidades del encuadre, dado que era lo único que me permitía decidir la cámara. A veces eran ásperos contraluces cuando me sentía atrevido, amplios espacios cuando mi espíritu experimentaba libertad, encuadres imposibles cuando me asaltaba la locura… creo que ni una sola foto la hice sintiéndome triste porque la cámara me lo impedía. Una persona investigando el mundo que le rodeaba y descubriéndose a si mismo cada vez que pulsaba el obturador. En cada imagen, en lo que buscaba, en lo que me gustaba, en lo que borraba y en lo que reconstruía. Descubriendo la ciudad a golpe de objetivo. Fotografiando otros sitios. Guardando recuerdos de lugares y personas. De parejas y desamores. De experiencias y momentos. De tiempos pasados que ya no volverán… Pude mostrar a los lectores de mi anterior blog las fotos de los lugares en donde situaba mi novela. Fachadas de sucios edificios en calles angostas… que a mi me encantaban.

Hace un mes adquirí la nueva. Ha sido una oferta de una cadena de supermercados. Tiene 6 Megapixels. He pasado de ver granos de color del tamaño de garbanzos a la mínima ampliación a poder aumentar una foto diez veces y seguir diferenciando texturas y colores. Y poder poner imagen a cada locura que se me ocurría. Desde ositos con oscuros propósitos a una absurda tira cómica.

Perdonen el tostón. Un saludo.

posted by LA CAÑA DE ESPAÑA @ 10:21 p. m.