2 de abril de 2007

Otra noche más con la mirada fijada en el tibio horizonte. Estás sentado de lado en un sofá del salón con la cara pegada a la ventana. El frío cristal te aplasta las cicatrices de la frente. La ciudad apenas se desarrolla bajo tu mirada: debe de ser tarde. ¡Joder! Este puñetero insomnio acabará matándote. El insomnio o el dolor. ¡Dios: NO! Ya la oyes dentro de ti: esa vocecilla que te llama desde el fondo del pozo, esa voz que te dice: "vas a caer, vas a caer". La mueca de dolor que se refleja en tu cara no espanta a los fantasmas del pasado que desfilan ante ti.
Afuera un coche pasa ruidoso por la calle arrastrando varios pensamientos a su paso, como hojas del otoño, como páginas de olvidados periódicos, como sueños que nunca cumpliste.
Tu lecho arrugado sigue allí, esperándote. Dejaremos que espere una hora más mientras la mirada sigue la calle de farolas que hay frente a tu casa.

2 Comments:

At 9:49 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me ha encantado el comentario, me he sentido identificada con esa situación...inevitable...
Lo visitaré más.
Hasta mañana!!!

 
At 4:05 a. m., Blogger cieloazzul said...

Y nada, Caña, que quizá un beso no ayude mucho, pero de todos modos te lo doy:)

Palabra de verificación: pqyora... :o

 

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