23 de febrero de 2009

Primera actriz española que logra el Oscar

Siempre he creído que es peligroso ir por el mundo “sentando cátedra” (decir que la tuya es la única verdad) incluso en este terruño propio que es mi blog. Y también he creído que no hay peor enemigo que ese que te dice siempre lo que quieres oír, sea verdad o no, aunque el mentirte te perjudique. Y, por último, a menudo compruebo que LA VERDAD es siempre la mejor respuesta.
No me gusta Penélope Cruz. No digo como persona, puesto que no la conozco, sino como actriz. Claro que puede ser porque tampoco me gustan los papeles que interpreta. Pedro Almodóvar dejó de interesarme cuando vi “Tacones Lejanos”, y fue poco después cuando “Pe” se convirtió en su musa particular. Y tampoco me han gustado sus papeles en Norteamérica, ni nada que tuviese que ver con la película “Abre los ojos” y, por supuesto, acabé apagando el ordenador tras 15 agotadores minutos viendo ese pseudo-film-documental que perpetró Woody Allen en nuestro país. Pero, repito: pero, hay que admitir su perseverancia, su esfuerzo, su trabajo y los años invertidos en consagrarse como actriz.
Tampoco me gustaba Javier Barden hasta que lo vi en “Boca a boca”. En ese momento comprendí que si me había caído mal hasta entonces era por los papeles de “chulo” que siempre le habían dado. Era (es) tan buen actor que hacía que me creyera por completo el personaje. Sin embargo, en la actualidad, no me defrauda en casi ninguna de sus películas.
Es por eso que quiero felicitar a Penélope Cruz desde aquí, aunque supongo que no me lee. No voy a cambiar de opinión sobre Almodóvar ni Amenábar ni Allen, ni creo que me gusten tus próximos papeles si no cambias por completo de registro en tus películas. Pero lo que sí sé reconocer es el trabajo y el esfuerzo.
Me revuelve las tripas cuando un criminal le echa la culpa a la sociedad y al “sistema” de su situación y siempre pienso que ese individuo es lo que es por su propia vileza y por querer las cosas sin el mérito de habérselas ganado. Así que cuando alguien, por fin, sí que trabaja no quiero perder la oportunidad de admitírselo.
Enhorabuena Pe, enhorabuena por el fruto de tu perseverancia.