Como visteis, en la tira 51 había algún leve intento de animar los dibujos con movimientos torpes de las manos de mis muñecos o preparando una escena en la que parecía como que hablaba. Todos estos efectos eran en realidad costosísimos en tiempo y esfuerzo para mí, pues, a falta de un sistema mejor, los pintaba uno a uno a mano y los "procesaba" informáticamente con el programa "Paint" que viene de serie con el "Windows". Pero dentro del curso de Técnico Audiovisual se nos dieron algunos conocimientos de "Photoshop” (perdonar este uso y abuso de nombres técnicos y de programas de ordenador que sé que a la mayoría ni os interesaran, pero tengo conocidos que han mostrado curiosidad) y aquello me proporcionó la base necesaria para dar el paso definitivo. A partir de entonces mis dibujos no serían mejores, pero si dispondría de herramientas de mayor calidad para conseguir mis propósitos.
A todo esto había realizado una excursión con un amigo al "Hospital de Berta", un edificio abandonado de tiempos de la Guerra Civil, que en la actualidad se encuentra en un penoso estado de conservación por la afluencia masiva de público. La gente lo visita atraido por los programas de televisión, radio y prensa que afirman que el sitio está copado de fantasmas y que aseguran que aquello, a falta de una explicación mejor, viene a ser como un Triangulo de las Bermudas pero en versión campestre y a la española. Toda esta tontería era demasiado "jugosa" como para dejar pasar la oportunidad de bromear sobre nuestra ida y sobre ese lugar con las tiras 53, 54 y 55: