3 de noviembre de 2009

José Luis López Vázquez

"La familia... y uno más" (1965)

Hay caras a las que uno termina por acostumbrarse. A veces, cuando echan una película americana por la televisión, reconozco a algún eterno actor secundario del cual no sé el nombre ni recuerdo los films pero que sí que sé que he visto en multitud de pequeños papeles.
José Luis López Vázquez era uno de esos, y también de los grandes. A fuerza de salir terminó haciendo de protagonista. Desde la recordada “La cabina” hasta “Mi querida señorita”. En medio, claro está, multitud de malísimas películas propias de la época del “destape” (en los años 70 siempre tenía que haber alguna escena de una mujer semidesnuda).
Mentiría si dijera que es mi actor favorito, pero también lo haría si dijera que no he disfrutado con muchos de estos films. Para mí siempre será “el padrino” de toda la saga de “La gran familia”.

Descanse en paz.

4 Comments:

At 8:56 p. m., Anonymous Anónimo said...

Cómo diria Pepe Isbert (otro grande), "Chencho!, ha muerto el padrino".
Y no estoy de acuerdo en que los actores españoles son buenos secundarios, es que para mi que esa es la diferencia de nuestro cine.
Gracita Morales, diría, "ha muerto el señoriiiito".
Saludos.

 
At 10:25 a. m., Blogger Maya said...

Partiendo de la base que a mí el cine español no me gusta (salvo grandiosas excepciones) debo reconocer que este hombre era un buen actor.
De su quinta nos queda Alfredo Landa... ese tipo tan encantador ferviente admirador de Losantos.

 
At 8:26 p. m., Blogger LA CAÑA DE ESPAÑA said...

Hija... eso ha sonado casi a insulto... (ay: mala, mala). Tanto Landa como Losantos son democratas. Podría ser peor, podría ser ferviente admirador de los Jemeres Rojos...

 
At 11:50 p. m., Anonymous Crocus said...

Creo que en más de una ocasión le he comentado acerca de mi afición por el cine español de los '60 y '70. Ese tan denostado, ese que a veces se conoce como Landismo. Mucho "artista" y mucho "genio" de hoy podría tomar nota de lo que era entretener, hacer películas divertidas, con oficio si se quiere, pero con un saber hacer eficaz y con bastante más miga de la que se suele reconocer.

Y desde luego, J.L. López Vázquez era uno de los más grandes, dentro de ese cine y dentro de la historia de todo el cine.

Le recordaremos con emoción y cariño.

 

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