17 de noviembre de 2009

Yo prefiero hacer el amor y no la guerra, pero el enemigo no se deja.

(Este post es continuación del anterior)

La respuesta sencilla al por qué del enamoramiento femenino y a mi ausencia en esos tiempos de pareja sería que sólo nos interesa, a todos, hombres y mujeres, lo que no podemos tener. Ellas quieren al chico que todas desean y yo deseo a la que no le intereso.
Pero ¡Ojo!, que digo que esta es la respuesta sencilla, no tiene porqué ser la verdadera (de hecho la verdadera la explicaré ahora a continuación), pero sí es una de las más extendidas y es que tiene algo de cierto. Y ahora alguien dirá que eso no es verdad, que también existe el amor. Sí, es cierto, existe el amor; y existe la pasión, y también existe el sexo y la pornografía y la prostitución. Se puede aprender la importancia del cariño en la vida, pero nuestros genes son egoístas.
Pero volviendo a la verdad. A los hombres no nos cuesta nada el sexo. La diferencia entre hacer el amor con una o con cien será, para nosotros, la cantidad de orgasmos y de placer que podamos obtener. Hasta la llegada de las enfermedades sexuales el único riesgo era que la presunta madre de nuestros hijos nos persiguiera escopeta en mano para que nos hiciéramos responsables de los vástagos.
Sin embargo la mujer, cada vez que tiene sexo con otro hombre, se expone a sufrir (o disfrutar, según se mire) de nueve meses de embarazo y toda una vida teniendo que cuidar de esta descendencia.

Puede que durante esos momentos en que nos estamos frotando hombres y mujeres en la cama para quitarnos el “picor sexual” no pensemos en este tema, de hecho lo más probable es que no pensemos en nada porque nuestra sangre se concentra lejos de la cabeza, pero nuestros genes sí que lo saben, y a lo largo de muchos años de evolución de la especie humana nos han condicionado hacia una línea clara de comportamiento.
De ahí (título del anterior post) que a los hombres nos guste el sexo y a las mujeres les gusten los futbolistas, que ganan más, trabajen o no, que cualquier artista, cantante o estrella de cine, y que podrán mantenerlas sobradamente si las dejan embarazadas, y si no… eso que se llevan mientras dure el noviazgo. Claro que un tío que se vende por su dinero sólo busca chicas “fáciles”, y una chica que sale con este tipo de “machos” se expone a que la traten como un pañuelo desechable.

Por eso las chicas nos ponen múltiples trampas y nos someten a continuas pruebas durante el cortejo: de pronto hacen como que no les importas, al momento te llaman con insistencia, ahora te mandan un mensaje de texto que iba para otro y quieren verte celoso y después hacen como que se enfadan si dudas de su fidelidad. Hacen eso porque ellas tienen mucho que perder si tú no eres su hombre ideal, así que te examinan una y otra vez desde el momento en que te presentas a su lado y le dices “hola”.
El problema, para ellas y para nosotros, es que la sociedad nos ha hecho creer que el éxito en la vida es sinónimo de ser un gran hombre, en todos los sentidos, y si un futbolista tiene éxito, entonces ella puede estar segura de que ese será su príncipe azul, sin necesidad de más pruebas ni dudas.

Eso lo aprendemos de modo irracional con la práctica del flirteo. Un conocido, el otro día, me aconsejaba que exagerara mi implicación con el mundo del cine presentándome, ante ellas, como un conocido productor.
Por supuesto no lo hice. ¿Qué si quiero una novia guapa, lista y simpática?: CLARO. Pero dudo mucho que una que vaya buscando ese tipo de hombre “chulillo” que se hace pasar por famoso posea ni dos de las tres cualidades que antes he mencionado.

Soy listo, sincero y hago películas de vez en cuando ¿Alguna rival quiere dejar de ser mi enemiga? Tengo un colchón de látex nuevo en donde firmar el armisticio.

5 Comments:

At 3:28 p. m., Blogger Maya said...

No estoy de acuerdo con el 80% del post. Pero sería largo de comentar. Una chica guapa, lista y simpática sí puede pretender al típico chulito. La cualidad que no reúne sería la de tener dignidad o integridad.

 
At 12:36 a. m., Anonymous Anónimo said...

El discurso de siempre; pero porque se empeña en buscarle explicación a algo tan natural. en fin que usted lo pase bien.
Siempre anonimo.

 
At 6:32 a. m., Blogger LA CAÑA DE ESPAÑA said...

¡Ahhhh, malandrines!
Primero pedis más y luego os reveláis ¿Eh?

 
At 9:14 p. m., Anonymous Anónimo said...

Estimado Sr. Tú,
a estas edades, solo nos quedaría conformarnos con un futbolista jubilado. Así que negativo, las mujeres no queremos futbolistas. Actores, artistas y demás, puf, qué pereza, justamente porque nos usarían como un "klinex".
A las mujeres, estimado tú, lo que nos gusta es un chico listo, guapo y simpático. Curioso! igual que a usted!

PD: Genial las trampas de las chicas, jaja. Y la guinda de "Lo Mónaco", justamente lo que nos saca de quicio del equipo rival.

Reciba un afectuoso saludo señor tú.

 
At 11:08 p. m., Anonymous Mª Ángeles said...

Te expongo lo que comenta un bloguero como tu en unos de sus post (http://cronicasdeflor.blogspot.com):
"El amor..." Puede ser que sólo exista si uno lo deja existir. Si uno está lo suficientemente abierto como para aceptar que tal vez llegue de una manera inesperada y menos rosa, si nos dejamos reemplazar el caballo blanco por un par de piernas comunes, pero que caminen para el mismo lado. Cuando entendamos que aun si aparece, hay que hacerlo funcionar.
Y sólo por si acaso de que no sea así, que realmente sea idealismo puro, un montón de ñoñadas envueltas en celofán y dispuestas para llenar el vacío en espera de algo fuera de lo normal, siempre van a quedar esas miles de escenas, estrofas y prosas que nos acerquen un poco.
Que renueven la esperanza de que tal vez, hay alguien desparramado por el mundo, que quiere hacernos felices.

 

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