Ya sé que llevo unos meses algo “pesado” con el tema de la libertad en internet y todo eso. Pero es que veo la red como un reflejo de la sociedad y, por tanto, si nos quitan derechos aquí es porque ya nos los han robado totalmente en nuestras vidas. Me explico:
Hace ya algún tiempo que os conté que en las aduanas de Estados Unidos, los inspectores te podían abrir y espiar los archivos que llevaras en cualquier dispositivo electrónico sin necesidad de orden judicial ni de una conducta objetivamente sospechosa, por simple decisión aleatoria y sin motivo. Imaginaros que llevarais las fotos de tu pareja desnuda en el ordenador portátil o el teléfono móvil, o un video íntimo o un secreto empresarial… la lista de razones para oponerte podría ser larguísima, y sin embargo no serviría de nada puesto que, para impedir (teóricamente) la piratería electrónica, está perfectamente legitimado.
Os imagináis el alboroto que montaría, por ejemplo, Miguel Bosé si intentarán espiar en su teléfono al bajarse del avión en el control de pasaportes. Seguro que entonces sí que hablaría de su derecho a la intimidad.

Y ahora estamos con el tema de los escáner corporales. Es ilegal, en toda la Unión Europea, que invadan tu privacidad de cualquier manera y sin embargo ya hay países que te obligan en los aeropuertos a pasar por un escáner que muestra la forma, tamaño y volumen de los genitales masculinos o de los pechos y pezones de las mujeres por muy tapados que estén con ropa. Por supuesto que es por nuestra seguridad, o eso dicen, pero: ¿De verdad os creéis que alguien que tenga acceso a esa invasión de la intimidad, durante días y días, en todos los aeropuertos del mundo, con tanto garrulo y garrula que anda suelto, nunca se permitirá la licencia de hacer un comentario indecente o de una mirada lasciva?
Para mí que no.