28 de junio de 2010

"YO MISMO CON MI MECANISMO"

Yo tuve que hacer el “servicio militar obligatorio” (mili): todavía existía cuando se me acabaron las prorrogas por estudio. A poco de llegar me ascendieron a Cabo, no fue por ninguna razón de peso, simplemente mi aspecto era el de alguien serio; y me pusieron como ayudante del cartero, que era un puesto muy bueno ya que estabas toda la mañana fuera del cuartel recogiendo y entregando correo, con nuestro destartalado coche, y haciendo recados para los mandos; o tomándote unas cañas de cerveza y visitando a la familia o novia si se terciaba…
Cuando el cartero estaba de permiso yo ocupaba su puesto e incluso me asignaban a un compañero de conductor para que llevara el vehículo y me esperara dentro cuando yo iba a los diferentes lugares asignados.
Cierto día, de ronda con mi chofer, le dije que aparcara sobre la acera enfrente del edificio de Correos, puesto que tenía que recoger unos papeles en su sótano.
Mi sorpresa vino a la salida, el renault 4L verde había desaparecido y en su lugar estaba un coche de la policía. Este hecho en sí, el del nuevo coche, no me sorprendía, la policía acostumbra a aparcar en donde le da la gana, pero lo de mi vehículo sí era preocupante puesto que ya se había dado el caso de que algún soldadito asignado como chofer se había ido de parranda con el auto dejando al mando de turno tirado y sin transporte.
Allí mismo tomé la decisión de meterle dos días de calabozo al mío como no se presentara, y pronto, con una buena excusa.
Al poco apareció por la calle y volvió a parar en donde le dejé la primera vez. Enseguida me fui muy enfadado hacia él.

-¡¿Pero es que eres idiota?! ¿Por qué coño te has largado con el coche?

Perdonad los tacos, pero es que en el ejército los dice todo el mundo. Va con el uniforme. Es vestirte de camuflaje y empezar a decir insultos.
El soldadito me contestó muy asustado:

-Es que esos policías me dijeron que no podía estar aquí, así que he dado la vuelta a la manzana para volver a recogerte.
-¿Esos de ahí? –
le pregunté señalando al coche aparcado a unos metros delante del nuestro.
-Sí
–me dijo él.
-Espérame aquí un momento –
le ordené.

Me acerque muy serio al auto de la poli. Uno de ellos estaba fuera (iría a pie) charlando con los de dentro.

-¿Vosotros le dijisteis a mi conductor que no podía estacionar aquí?
-Sí
–me contestó el que estaba fuera- Aquí está prohibido aparcar.
-Esta prohibido para que aparquéis vosotros, ¿No? ¿Es que no habéis visto que es un coche oficial? Aquí llevo papeles muy importantes
–dije mostrando una carpeta en donde recogía el correo- y no puedo estar esperando en la calle a que llegue mi vehículo. ¡Que sea la última vez en vuestra PUTA vida que movéis un coche del ejército!
Y dicho esto me fui…
¡Uffff! ¡Qué ancho me quedé al poder, por una vez, enfrentarme a la policía de igual a igual!: con uniforme oficial y mis galones de Cabo. Bueno… iguales no: que a chulo no me gana nadie.

Jejejeje. Un saludo.

2 Comments:

At 2:16 a. m., Anonymous Anónimo said...

Por que era un 4L, que si llega a llevar un tanque, ...

 
At 7:13 a. m., Blogger LA CAÑA DE ESPAÑA said...

Sí, como dijo Gila:

…no es por chulearme, pero ¡Cómo mato! Un día, en un combate, le pegué un tiro a uno, y dijo: «¡Que me has dao!». Y dije: «Pues no seas enemigo. ¿Qué quieres que te dé, un beso en la boca?».
Dijo: «Es que me has hecho un agujero».
Dije: «Pues ponte un corcho». Y dijo: «¿Y con qué tapo la cantimplora?». Total, que quería conversación, que viene el coronel y me ve hablando con el enemigo.
Yo no sé qué opinión tienen ustedes de las guerras, a mí me encantan, porque te hinchas a matar, y la policía, nada. Un día maté a treinta y tantos, y pasaba la policía y dije: «He sido yo, ¿qué pasa?». Y dijeron: «Nada, nada, perdón». Dejo el tanque aparcado en doble fila, y a ver si tiene pelotas el de la grúa a llevárselo…

 

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