19 de septiembre de 2010

"IL SONNO DI UNA NOTTE DI ESTATE"

Me he pasado media vida renunciando a mis sueños. Pequeños, pero míos al fin y al cabo. No lo digo con resentimiento ni resignación, es sólo un dato. A estas alturas de la vida hay poco ya que me moleste (bueno… cada vez son menos).
Soñé con ser novio de aquella compañera bellísima de la universidad, claro que ciertamente sí que estuvimos juntos, pero el novio era el “otro”. Soñé con escribir una novela, y lo hice… pero su publicación fue más una angustia que un placer. Y algunos episodios más. En fin… sueños que no se cumplen como deberían, se cumplen a medias, se cumplen y es peor (una vez salí con una psicópata, ojalá ella no hubiera aceptado quedar), o los tiramos en el cubo de los propósitos nunca cumplidos. El amor, los negocios, la salud…
Mi pequeño sueño, en esto de los blog fue nunca nombrar la política. También tenía uno muy grande pero lo olvidé definitivamente junto con el cierre de mi anterior blog hace casi un lustro (para los de la LOGSE, un lustro son cinco años). Otro sueño más incumplido, pero no hoy. Hoy me apetece sólo hablar de mí y de mis sueños, o de los sueños de mis amigos: niños nacidos, casas compradas y amuebladas, corazones rotos que otras personas consiguieron recomponer, enfermedades superadas y proyectos y trabajos prósperos.
¿Pero sabéis cuales son los mejores? Esos a los que nunca renuncié, esos que alcancé y, sobre todo, esos que me llevarán toda la vida disfrutar.

Un abrazo, dulces sueños.