MIRADA DE NIÑO

Si algo he de agradecer a mi afición por el video es el haber aprendido a observar el mundo con los ojos del que lo ve todo por primera vez.
Estaba este verano metido en una piscina. Bueno, metido… tenía mi cuerpo dentro, tumbado boca arriba y las piernas fuera, en el borde (imaginaros sentados en una silla y que os habéis caído de espaldas, pues esa era la postura). De esta guisa podía estar mirando el cielo tranquilamente sin esforzarme en nadar. Era como tomar el sol pero fresquito. Atardecía. En la pequeña piscina de la urbanización sólo quedaban dos madres que hablaban de cremas y estiramientos de piel mientras que sus hijos destrozaban sus camiones de juguete contra el suelo y una pareja mayor que intentaba no ahogarse. Y así permanecía yo, con los pies fuera y el cuerpo dentro viendo como se ponía el sol tras las hojas del árbol que había en una esquina del recinto. Con el pelo y las orejas dentro del agua y mi boca, nariz y ojos fuera, oía mi respiración como un rugido sordo y los chapoteos de la mujer mayor en el agua como lejanos golpeteos metálicos.
Creo que estuve así como 20 minutos, en lo que mi hermana, que me vio de pasada, definió, con tono irónico, como “una postura muy original”. No me importa si alguien pensó que era un tipo muy raro. Sólo sé que estaba en la gloria viendo el brillo intermitente de la luz a través del fondo de las hojas. Cada rayo que atravesaba ese verde manto me parecía más rojo que el anterior y al siguiente momento otra vez la vegetación oscurecía la luz.
Cada paso que doy por la calle, cada caminata por el campo, cada puesta de sol, cada rayo de luz lo veo con los ojos de quien lo mira como por primera vez. Y es que ese momento concreto es ciertamente único y nunca se volverá a repetir.
Y así es como intento luego reflejarlo en los videos o fotografías que hago.

posted by LA CAÑA DE ESPAÑA @ 12:01 a. m.