16 de octubre de 2010

VAMOS A LEER TU FUTURO

Ahora tenía el impulso. No se detendría hasta que lo matasen. Después de tantas posibilidades, ahora sabía. El momento es éste. La palabra es «adelante».

(Lois McMaster Bujold
“EL JUEGO DE LOS VOR”)


No creo en espíritus. No creo en fantasmas. No creo en horóscopos. La simple idea del destino me produce arcadas y la del Tarot risa.

Decía el gran Carl Sagan que no dudaba de que la gravedad del planeta Marte había influido en su nacimiento. Pero que por esa regla de tres tendrían que calcular también la posición del médico que le había traído al mundo (cuya fuerza de gravedad, por su proximidad, había sido mucho mayor) cada vez que le hiciesen su horóscopo.

La líneas de mi mano izquierda dicen que permaneceré soltero y las de la derecha que me casaré. Posiblemente sea lo primero pero no por la dominación de la zurda sino porque el amor y yo somos como agua y aceite.

Lo que creo es que las cosas suceden porque tienen que suceder. Cuando agregas dos y dos siempre te da cuatro, tal vez en un universo paralelo sean igual a cinco, pero no en este. Si sumas tus hechos pasados te darán tu presente. Si “conociste” a tu amor en “aquel” sitio es porque allí es en donde lo tenías que conocer y era ese, y no otro, el que te correspondía. Cuando miras un mapa y sigues una ruta sabes tu destino, pero no porque esté escrito en un plano sino porque decides seguir ese camino... si no te gusta sólo tienes que darte la vuelta y elegir otro.

Si algo he aprendido es que lo que debe de ser: será; si no, es que eso no debía de suceder. Haz lo que sea necesario para que el camino te conduzca hacía el presente distinto.

No creo en espíritus, ni fantasmas, ni horóscopos: sólo creo en el ser humano.

2 Comments:

At 8:18 p. m., Blogger Maya said...

Yo ni eso! ;)

 
At 11:38 a. m., Blogger Francisco said...

Bucea un poco en los conceptos deterministas.
Determinismo y azar combinados; quizá son la receta más digerible para un escéptico...
Bah!!! A la "eme" con todo. Vive momento a momento, día tras día, pensando en el futuro con la lógica del que sabe que algunas cosas, no todas, necesitan gestarse con antelación para llegar a término.

 

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