Yo estudié en un colegio de “curas”: Los Escolapios, en Granada.
Mis recuerdos no son malos y precisamente los peores profesores eran los laicos. Había curas gilipollas, pero también los había magníficos, como profesores y como personas.
Esto no es una defensa de la institución católica. “Cada palo debe de aguantar su vela” y la religión es una batalla que a mí no me incumbe desde hace ya muchos años. Serán otros los que luchen para defenderla o atacarla.
Si algo he aprendido de la experiencia de esta vida es que si un cura se aprovecha de un niño no es por ser sacerdote sino por ser un criminal de la peor calaña que existe y que si sus superiores lo ocultan no es por ser también clérigos, sino porque son unos “hijos de la gran puta”.
Y sí: ESTO NO TIENE NADA QUE VER CON EL TEMA DEL PRESERVATIVO.


Por cierto, ya era hora de que el Papa se pusiera las pilas: todos mis amigos católicos hacen años que aprobaron el uso y disfrute del condón.