14 de diciembre de 2010

"BASADO EN HECHOS REALES" 146


Estamos en esas fechas en que la familia y las felicitaciones ante la próxima llegada de la Navidad nos reconcilian con la vida. En que todo son buenos propósitos y parabienes. Serpentinas y motivos de colorines adornan los salones y las gracietas de los que recientemente han llegado a este mundo llenan la casa de luces de flash y de gorgojeos ininteligibles. El llanto reclamando su biberón de las seis rompe el murmullo de las mil conversaciones que se estaban produciendo al mismo tiempo.
El turrón y el cava aparecen en escena y pronto lo harán también el pavo trufado y la famosa sopa de navidad (con el ingrediente secreto de mamá).

Mi felicitación en video se retrasa, la tenía casi lista pero la he descartado a última hora. Y en la tele ya se rifan los nombres de los que darán las campanadas este año..., pero mientras el monotema de “quién se ha tirado a quién” resuena en las tertulias del “higadillo”.

Mis amistades femeninas me recuerdan a cada paso que se acerca el Belén y el abeto navideño y mis hermanas y madre comentan ya los pormenores de cada fiesta, cena o comida: quién vendrá, qué habían pensado para comer, cómo se distribuyen la compra de regalos... ¿Somos los hombres menos fiesteros o simplemente más flojos para los preparativos? No lo sé... misterios de la vida...

Un beso.