18 de julio de 2011

En busca del CULO PERDIDO

"BASADO EN HECHOS REALES" 160

El otro día fui a comprarme ropa interior. Algo, en principio, tan sencillo se mostró harto estresante.
En la primera tienda de lencería, ya que nadie atendía el mostrador, empecé a ponerme nervioso, lo que la encargada, que en ese momento aparecía tras una cortina del almacén, tomó como signo inequívoco de que yo era un ladrón (¿?) y puso a una de sus empleadas a vigilar la puerta de salida: ¿Tendría miedo de que robase el expositor de calzoncillos de BobEsponja? Mientras se sostenía con una mano la espalda curvada por el peso de su embarazada barriga con la otra me sacaba cajas diversas que nunca coincidían con lo que yo había pedido.
En la segunda la vendedora me intentaba convencer de que abandonase los tonos neutros y me pasase a los colores chillones que eran lo último, y todo eso sin parar de hablar ni para que yo le expresase mi desacuerdo. Me trató de igual forma a como lo haría un vendedor de coches usados.
En la tercera la chica no dejaba de expandir, en mi presencia, la goma de un calzoncillo que sacó de una caja que decía “NO ABRIR NI TOCAR”, mientras que me mostraba su total desconocimiento sobre cuestiones tales como el tamaño o el confort de ciertas partes de la anatomía masculina. Una pena… con lo mona que era y sin novio…

Al final compré una caja surtida de unos fabricados en Fuenlabrada. Como supondréis, a pesar de que en un lateral ponía que la talla era XL, ni uno sólo de ellos me queda bien…

2 Comments:

At 1:37 p. m., Blogger Miguel said...

Bueno, bueno, al final es mejor no llevar nada, es mejor para nuestra salud, llevamos nuestras "partes" refrigerada y para nuestro bolsillo.
Por supuesto para la vista , imagínate las chicas en minifalda...
¡¡saludos

 
At 2:24 p. m., Blogger LA CAÑA DE ESPAÑA said...

Dicen que así es como van los escoceses: sin nada debajo de la falda... y con el frío que hace por aquellos lares. Yo, que no puedo vivir sin calcetines de lana en invierno y con toda la "zona cataplinar" expuesta..., me da tiritona sólo imaginarlo. En verano es diferente. Y sí, en Londres casi se paseaban sin nada debajo de la minifalda y era una visión, cuando menos, curiosa…

 

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