Al parecer un equipo de investigadores americanos decidió crear un modelo de estudio de la enfermedad del SIDA en gatos mediante la alteración de su genoma. El método consiste en introducir un gen en el ADN del animal utilizando un virus como vehículo para transportarlo hasta él.
Los investigadores cogieron óvulos de estos animales y les inyectaron lentivirus que contenían dos genes. Uno de ellos les volvería fluorescentes y serviría de indicador de que el otro, el que les protegería frente a la infección por VIF (el “SIDA felino”), se había integrado de forma adecuada en el genoma.
Después, con esos ovocitos, crearon embriones que dieron lugar a cinco embarazos y finalmente a tres gatos, todos ellos transgénicos.
En el laboratorio sus células mostraron resistencia a la replicación de VIF.

Para nosotros será muy útil, pero está por ver si a los mininos alterados les hace mucha gracia el cambio. Aunque, sin duda, los más agradecidos serán los ratones, que verán acercarse a sus antiguos enemigos a kilómetros de distancia por muy sigilosos que sean cuando cazan en la oscuridad.