Un cachondo, eso es lo que es el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. Un cachondo y un humorista de primera. No os perdáis sus últimos chistes. En uno de ellos contaba Juan Rosell que: "no hay que satanizar la salida del mercado de trabajo: si los empresarios tienen que despedir que no tengan los impedimentos que tienen. Cuantas más facilidades demos a la salida del mercado de trabajo más posibilidades habrá de que los empresarios se atrevan a contratar”.

¡Jajajajaja! ¡Qué tío más simpático! Y lo dijo todo serio, sin que se le escapase ni una sonrisa, como los mejores humoristas. ¡Mmmmmm! Todavía me estoy riendo al recordarlo. Y ¿cómo era el otro que contó? ¡Ah, sí!:
"(Hay que) introducir mecanismos de moderación de la demanda, a través de la participación de los usuarios, en los servicios públicos congestionados”. Así la CEOE aprueba la posibilidad de aplicar el copago en la sanidad, la justicia y la educación (y en la madre que los parió a todos ellos, digo yo…).

UN GENIO. Qué digo un genio: UN SANTO. Eso es lo que es. Un amable payaso que se dedica a alegrarnos los días al resto de los pobres mortales, sin importarle ni la riqueza ni el beneficio propio y que sólo aspira a hacer el bien y conseguir la paz mundial (como las misses).