En este mundo frívolo a veces la apariencia puede llegar a determinar la realidad. Eso llegó a pasar con cierto programa de televisión que tuvo que ser relegado porque, a pesar de contar con una buena cuota de pantalla, daba mala imagen de la cadena que lo emitía.

En esto del aparentar no hay excepciones. El anuncio de “Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” (FARC) de que proscriben el secuestro de civiles se puede englobar dentro de esta política publicitaria de “buenrollismo” que tiende a imperar cara a la luz pública. No hay que olvidar que estos secuestros de civiles eran el principal recurso económico de la guerrilla (junto con el narcotráfico) y que desde su fundación en 1964 la captura de campesinos en los pueblos había sido práctica habitual de este grupo armado.

Y en contra de eso que también podríamos llamar terrorismo económico (el de desahuciar a una familia de su legítima vivienda) que campa ahora a sus anchas por toda la geografía española gracias al canibalismo bancario, el nuevo gobierno ha dictado un código bancario de buenas prácticas, dentro del cual se encuentra la figura de la dación en pago, que de poco iba a servir al permitir a los bancos el que lo puedan aplicar sólo de forma voluntaria.
Pero en un insospechado giro de tuerca el Ministerio de Economía ha comunicado que los bancos tendrán que reconocer si se adhieren o no a este código, con lo que deberán afrontar el coste de reputación que le suponga no atender el problema de las familias sin recursos que no pueden pagar su hipoteca.

"O te adhieres o saco mi dinero".
Vamos por buen camino…