El Gobierno ha anunciado hoy que limitará los sueldos fijos en la alta dirección de las entidades que reciban ayudas a 600.000 euros al año (ya me gustaría a mi cobrar ni 60.000 al año). Una reducción de un 67% respecto a la media que cobraban hasta ahora los presidentes. Y la retribución máxima para la alta dirección de las entidades intervenidas por el Banco de España será de 300.000 euros. Un 76% inferior a la que cobraban de media los presidentes de estos bancos y cajas.
Los directivos no ejecutivos de las entidades que pidan préstamos al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria cobrarán un máximo de 100.000 euros.
La medida afectará a numerosas entidades. Por ejemplo, Bankia, ayudada por el FROB con 4.465 millones de euros, pagó 2,3 millones de euros el pasado año a su presidente, Rodrigo Rato. Su predecesor, Miguel Blesa, y los ex directivos Juan Astorqui y Ricardo Morado cobraron 5,9 millones de euros por su marcha. Por su parte, el consejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, tuvo una retribución mayor: 2,26 millones de euros anuales.

Hay gente que ve en esta medida un “¡ZAS, en toda la boca!” al ex-zapateril, que arropó como pocos a los banqueros, el día de su despedida. Una muestra de lo que él no se atrevió a hacer por parte del nuevo gobierno.

Yo no llego a tanto… y aplaudo la decisión.