25 de junio de 2012

Surfeando los vientos

La Herradura: esa playa a la que suelo escaparme en cuanto tengo oportunidad.

Este año, cuando se cumple el 46 aniversario en que los norteamericanos nos regalaron tres bombas atómicas y en obvio recordatorio al chapuzón de Fraga en Palomares el 9 de marzo de 1966, me he bañado con un pantaloncito negro. Allí estaba yo, como un joven ballenato saliendo a trompicones del agua helada y festejando de este modo el momento en que España pasó de ser un simple pueblucho enemigo a ser una fiel dictadura bananera al servicio de la majestuosa república de los Estados Unidos. Detalle que este maravilloso país torturador supo recompensar enviándonos sus excedentes de leche en polvo.
En otro orden de cosas me he dedicado a subir, un día sí y otro también al faro que corona una de las lomas de la bahía. Todos los días, sobre las 5 y medía, hora a la que solía ascender, observaba durante un rato como surfeaban el viento las gaviotas de la Herradura.



Pero ya he vuelto… para vuestra desgracia. Feliz verano… para los del hemisferio norte, claro; y felices vacaciones para todos en general.


(Por cierto: todo esto me ha recordado...)