Me resulta insultante que durante el transcurso de un telediario, en mitad de las noticias, los presentadores se dediquen a anunciarme las bondades de una nueva maquinilla de afeitar, de una compañía de seguros o de un laxante (por poner un ejemplo). Las noticias son algo serio, o al menos eso creía yo…

Los “magacines”: esas especies de noticieros informales, ya están llenos de cortes para recordarnos a sus patrocinadores. Además, siguiendo fielmente la nueva doctrina de las cadenas como “Antena3”, ahora se suelen hacer pausas para anuncios de no menos de siete minutos (con frecuencia llegan a nueve) y tras un breve recordatorio de unos segundos de los que estábamos viendo encajan otro bloque de cinco minutos. Cada vez con más frecuencia me olvido de lo que estaba viendo…

Por eso se enerva tanto que eso que yo pensaba que era un espacio inviolable entre esas aguas pantanosas de avaricia empresarial ya tampoco lo sea. Al principio empezaron a hablar también de temas frívolos como el último aumento de pecho de alguna estúpida seudofamosilla o las peleas televisivas de los programas del corazón de esa misma cadena, pero ahora te están informando de la crisis política o de los atentados de Boston y de pronto el presentador sonríe como si tuviera la hipoteca pagada y os dice con total naturalidad:

-“…y ahora os quiero contar algo de suma importancia ¡UN NUEVO PRODUCTO REVOLUCIONARIO CONTRA LAS HEMORROIDES DE VUESTROS GATOS!: ¡¡¡CATMORROIDÍN!!! Recordad: CATMORROIDIN, si no queréis que os arañen por sus picores. Yo ya uso Catmorroidin con mis mascotas: úsalo también tú. Y ahora, también Catmorroidin para perros…”